Autora: Luna Zúñiga
En un mundo de sueños y anhelos, donde el amor florece en mil destellos, donde las mujeres se unen con fuerza, nace el feminismo, poderosa promesa. Las voces de hermanas se alzan en clamor, reclamando igualdad, justicia y honor, luchando contra el patriarcado opresor, unidas en un lazo de amor y fervor. La sororidad nos une en este sendero, donde la solidaridad es nuestro acero, apoyando a cada mujer valiente, rompiendo las cadenas, derribando muros de frente. El feminismo no es solo una palabra, es un grito de libertad que se alza en la alborada, es la voz de aquellas que no se resignan, es la fuerza que en cada lucha nos anima. Amor entre mujeres, tan bello y sublime, un lazo que el tiempo no puede desgastar, un vínculo de empatía y comprensión, donde nos abrazamos con devoción. En el abrazo fraternal de una hermana, encontramos la paz que el mundo ama, en su sonrisa, en sus ojos sinceros, descubrimos el amor que trae consuelo. En cada palabra de aliento y valentía, en cada gesto de apoyo y compañía, se dibuja el amor entre nuestras manos, un lazo que ningún obstáculo desvanece en vano. Pero en esta lucha, no estamos solas, somos un mar de guerreras valerosas, las generaciones que nos precedieron, nos guiaron con su fuerza y sus aciertos. Las pioneras, las que alzaron la voz, las que rompieron esquemas sin temor, las que soñaron con un mundo más justo, nos inspiran a seguir su legado robusto. Cada paso que damos, cada logro obtenido, es fruto del esfuerzo que hemos compartido, y aunque los desafíos sean todavía muchos, juntas enfrentaremos todos los embrujos. El feminismo es un camino sin fin, una lucha constante que nos hace sentir, que cada batalla ganada es un avance, hacia un mundo donde el amor reine en abundancia. Así que hermanas, sigamos adelante, construyendo un futuro más brillante, donde la igualdad sea una realidad, y la sororidad sea nuestra eterna fraternidad. En cada latido de nuestros corazones, late el eco de todas las emociones, de todas las mujeres que han alzado su voz, en busca de un mundo donde el amor sea la voz. Feminismo, sororidad, amor y lucha, nuestro estandarte, nuestra fe inquebrantable, seguiremos marchando, sin detenernos jamás, hasta que todas las mujeres puedan brillar. Que este poema sea un canto de esperanza, una inspiración que en el alma se afianza, porque juntas, hermanas, somos invencibles, y en nuestro amor y lucha, somos imbatibles.
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